martes, 19 de marzo de 2013

Óptica Márquez, 4 - Jamelgos, 1

Los encuentros que siguen a una goleada siempre son complicados debido a que, tras realizar un buen partido,  solemos llegar crecidos. Nos pasa a nosotros y a cualquiera. Por eso, y por las numerosas bajas, era interesante conocer nuestra respuesta ante Jamelgos.

Durante la primera mitad no fue buena. El tipo de juego alocado que propuso nuestro rival nos perjudicó, no supimos controlar el choque y acabamos entrando en una dinámica muy negativa de perder el balón rápidamente, sin apenas dar un par de pases seguidos. El gol de Jamelgos que abrió el marcador fue un jarro de agua fría que nos dejó helados unos instantes, pero que también nos espabiló. 

Si bien no habíamos dejado de correr y pelear, no fue hasta el tanto del empate de Javi cuando cogimos el aire al partido. El pequeño de los hermanos Lobo hizo bueno un saque de banda, y confirmó nuestro extraño buen rendimiento a balón parado esta temporada. "Extraño" porque no lo practicamos ni ensayamos, pero marcamos un buen puñado de goles con este tipo de jugadas. 

Al descanso llegamos con empate a 1-1, un marcador producto de la gran actuación del portero de Jamelgos. En la segunda mitad todo cambió, elevamos el nivel y salió nuestra mejor versión. 

El estilo que identifica al Óptica Márquez viene definido por la pelea, el esfuerzo y el contragolpe. Normalmente optamos por un juego muy directo que, no lo neguemos, no nos ha ido mal, pero disfrutamos más y rendimos mejor aquellos días en los que queremos e intentamos tocar el balón. El domingo, durante la segunda parte, lo hicimos. 

El primer gol de Paco, nada más reanudarse el partido, ayudó a que desplegásemos ese juego combinativo con el que nos adueñamos del duelo y del balón. Gracias a la movilidad de todos se hizo más fácil encontrar líneas de pase, y con ellas llegaron las ocasiones. Pachi, que se desfondó lanzando desmarques y trabajando en defensa, fue uno de los grandes beneficiados, ya que lució y participó mucho más en el juego. 

Que tocáramos mucho no impidió que también tuviéramos que trabajar. Loren, nuestro soldado, destacó en esta faceta, y además de sacrificarse por el equipo dejó para para el recuerdo un internada por la banda derecha repleta de clase. Jorge igual: supo leer las necesidades del partido y adaptarse a ellas. 

Como hermanos que son, Javi y Paco mantuvieron su rivalidad individual de la que nos beneficiamos todo. Ambos volvieron a marcar, el pequeño con un latigazo de falta, y el que "sufrirá" una despedida de soltero próximamente con un buen movimiento de pivote. Sus goles sentenciaron el partido y nos dieron tres puntos vitales que pueden suponer disputar la fase final. 


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