Si a los que estuvimos el domingo en el pabellón nos pidieran resumir el partido ante Espinillo B en una única palabra, la gran mayoría diríamos que fue una "mierda". Una cagada, porque en el sentido figurado todo nuestro buen trabajo se fue por el retrete en los minutos finales.
Era un encuentro clave y fallamos. Debíamos ganar para entrar en la pelea por la segunda plaza, pero no lo hicimos. Lo peor fue la sensación de haberlo tenido en nuestras manos, de acariciar el triunfo, y dejarlo escapar por no saber salvaguardar nuestra ventaja.
El partido fue tan igualado como se esperaba. La diferencia de nivel entre ambos equipos es escasa: ellos tienen mejor circulación de balón y alguna jugada ensayada, pero nosotros podemos llevarnos por delante a cualquiera por intensidad y en contragolpes.
Tras llegar al descanso 0-0, se decidió todo en la segunda mitad. Logramos marcar dos goles que parecían encarrilar el partido, pero un apagón se llevó los tres puntos. Nos fuimos del encuentro de una manera incomprensible. Si bien ellos nos abrieron la puerta, fuimos nosotros mismos los que dimos el paso para salir...
Su primer gol nos provocó dudas, el segundo nos desmoralizó, y el tercero nos aniquiló. Hicimos muchas cosas mal en muy poco tiempo y eso nos pasó factura. No sacamos rédito de tener al rival en el bonus de faltas (ahí ayudó el árbitro obviando alguna acción), tuvimos desajustes defensivos y malas elecciones en los pases. Demasiadas facilidades y el Espillo B no las desperdició.
No hay comentarios:
Publicar un comentario