Siendo un poco simplista se podría decir que jugamos y ganamos como lo hace el Madrid: gracias a la pegada y a tener un salvador bajo los palos (en nuestro caso, dos). Seguimos sin lograr plasmar sobre el parqué un juego fluido, nos cuesta trenzar jugadas de varios pases, combinar, rotar,... ¡¡y somos más que capaces de hacerlo!! Es cierto que tenemos en el contragolpe un arma muy poderosa, pero también concedemos muchas ocasiones al ser tan directos. Si a la hora de iniciar desde atrás realizáramos una simple rotación, mejoraríamos un mundo.
Pese a poner muy de cara para nuestros intereses el partido en los primeros minutos gracias a los goles de Paco (gran jugada de ¿pizarra? ejecutada por Rubén y el capi), mío (de falta, tras rebotar en un defensa) y de Javi (finalizando un contragolpe), El Torrezno no bajó los brazos. Nuestro rival fue ganando metros como si de un equipo de fútbol americano se tratase, a la vez que nos daba algún susto.
Al descanso nos fuimos sintiendo el aliento de El Torrezno por la desconexión que sufrimos, pero tras él regresamos un poco más enchufados e igualamos las fuerzas. El duelo se convirtió en un correcalles y fue el esfuerzo de gente como Kike, Loren o Antonio el que nos mantuvo en pie.
Nosotros supimos y pudimos materializar algunas ocasiones gracias a que Rober sigue manteniendo su idilio con gol y logró un hat-trick, pero ellos se encontraron con un Muri estratosférico, capaz de igualar la altura a la que había dejado Rami el listón. Mención especial merecen su "combo" de paradas en el doble penalti que nos pitaron en los minutos finales: a bocajarro, con el pie, de reflejos,... brutal.
Son tres puntos más que debíamos ganar sí o sí, pero del encuentro debemos sacar en claro que o jugamos mejor (que podemos, que sabemos) y evitamos tener esa torrija que nos asalta todos los encuentros, o las seguiremos pasando putas de manera innecesaria.
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